El recién nacido Moisés es recogido del río por la hija del faraón, Bitia. Ella lo adopta y lo cría en la corte real. Cuando Moisés ya es mayor, se gana el aprecio del faraón Seti, padre de Nefertari, y de Ramsés, lo que disgusta a este, el futuro Ramsés II. Pero Moisés descubre un día su origen hebreo y conoce a su verdadera familia, lo cual lo lleva a dejar su vida como príncipe y se convierte en esclavo.
Moisés salva de la muerte a otro esclavo, Josué, al matar al cruel y abusivo arquitecto Baka, y es expulsado de Egipto por el faraón Seti. Tiene que cruzar el desierto para llegar a tierras de los pastores de Madián, y se convierte en pastor y forma una familia con Séfora, la hija de Jetró, quien es uno de los jeques de Madián.
Pero el deseo de Dios es que libere a los hebreos de la esclavitud, y un día llama a Moisés por medio de un matorral ardiendo y le revela su Santa Palabra. Moisés regresa a Egipto, donde Ramsés, casado con Nefertari, se ha convertido en faraón a la muerte de su padre. Moisés le pide que libere a su pueblo, pero ante la negativa del faraón hace caer las diez terribles plagas preparadas por Dios. Solo la última plaga, que trae la muerte a los primogénitos de Egipto y por tanto al suyo, hace que Ramsés ceda.