A pesar de ser miembro de la División del Norte, su talento llamó la atención de Álvaro Obregón, quien lo hizo director de la Orquesta Presidencial, cuando comenzó su periodo presidencial. Cuando terminaron los cuatro años presidenciales de Obregón, su sucesor Plutarco Elías Calles disolvió la orquesta, con lo cual adquirió mayor libertad para dedicarse a lo que él le gustaba. Se marchó a Nueva York para ser el director artístico de la Columbia Records, los años 1926 y 1927. Un par de años en los que, desde su posición, dio oportunidad para los compositores e intérpretes mexicanos de grabar en esa casa discográfica.
Obregón volvió a ganar las elecciones presidenciales, para un segundo periodo presidencial, en 1928. Como gustaba tanto de la música de Esparza Oteo, lo llevó el 17 de junio de ese año a un festejo por el triunfo electoral. La historia nos dice que en el restaurante La Bombilla, en donde se llevaba al cabo la celebración, al tocar la orquesta el son favorito de Obregón, “El limoncito”, dirigida la orquesta por el compositor de Aguascalientes, el presidente electo fue herido de muerte por un dibujante que se le acercó lo suficiente, fingiendo ser un dibujante que le haría un retrato, le dio muerte al presidente en ciernes. José Esparza Oteo fue testigo presencial de aquel hecho.
Esta versión de "Rinconcito lejano" es interpretada por un dueto efímero compuesto por Margarita Cueto y Carlos Mejía.