Ni una sola persona encontró los Mossos d’Esquadra que hablara mal de Isaac Martínez Jiménez. Tenía 26 años y un pequeño bebé cuando la mañana del 9 de noviembre del 2006 un encapuchado con chaleco reflectante le disparó a bocajarro mientras salía con su coche de un parking de la calle Riu Ter del barrio de Cappont de Lleida. El joven soldador murió al momento y su asesino se esfumó envuelto en la niebla de la capital del Segrià. Hasta hoy que el caso sigue abierto.
Hurgando en la vida de la víctima, los investigadores del grupo de homicidios de la región policial de Ponent identificaron un incidente. Isaac tenía un hermano, Rubén, que tuvo un hijo durante una relación sentimental que terminó mal, con disputas por la custodia del niño que finalmente consiguió el padre. La disputas salpicaron a las dos familias. Con el tiempo, la mujer tuvo otra pareja que se involucró también en el conflicto y que protagonizó varios altercados con Isaac. Incidentes que terminaron con denuncias cruzadas.