La película fue producida por el empresario Feliciano Manuel Vitores, que había comprado los derechos del primer sistema de grabación cinematográfica con sonido. Existe una combinación de pasajes sonoros y otros mudos, con intertítulos. Su estreno fue el 11 de enero de 1930 en el Coliseo Castilla de la capital burgalesa; la segunda exhibición tuvo lugar el 4 de febrero en el Teatro Principal de Zamora.
Tuvo muy mala crítica a pesar de los avances técnicos. Desde el punto de vista económico también fracasó. En 1995 la Filmoteca Nacional adquirió una copia de esta película, que llevaba décadas oculta en cuatro latas metálicas en la casa de los herederos del productor. Después de ser rehabilitada, se presentó al Festival de Cine de San Sebastián de 1995. (Fuente: Jonas). Artísticamente deja mucho que desear, pues las interpretaciones son sobreactuadas, no obstante si nos situamos en contexto, el objetivo de la película era asombrar, de ahí que las interpretaciones fuesen tan descaradas, para resaltar el audio. (Fuente: Segundo Premio)