La banda de los honrados:
Un antiguo empleado de la Casa de la Moneda, antes de morir, confía al portero Antonio
Bonocore que ha robado de la Casa de la Moneda, hace tiempo, una plancha para la fabricación
de billetes de diez mil liras, y le ruega que arroje la plancha al Tíber. Atraído por el señuelo de la
riqueza fácil, Antonio decide en cambio guardarse la plancha para usarla. Encuentra dos socios
para la ansiada empresa en las personas del tipógrafo Lo Turco y de un pintor, un tal Cardoni.
Para conseguir un billete de diez mil liras que le sirva de modelo, Antonio debe vender su viejo
reloj. La perfecta impresión del primer billete, que se hace pasar por una tabaquería, le
compensa el sacrificio. La producción de los billetes se realiza febrilmente por la noche en la
imprenta de Lo Turco y los tres socios comparten el producto de su trabajo, felices de poder
satisfacer por fin algunos deseos. Pero un hecho inesperado viene a perturbar su alegría: el hijo
de Antonio, policía financiero, es trasladado a Roma y asignado al servicio especial de la lucha
contra los falsificadores...
Entre 1937 y 1967 se rodaron más de cien comedias de Totó. Merece la pena ver muchas de
ellas solo por la actuación de Totó, ya que fue realmente uno de los mejores payasos de la
historia del cine. Sin embargo, el cine cómico italiano de la posguerra es algo más que una
colección de buenos cómicos. Es un tipo de comedia con muchas cosas, y cuando se escarba
debajo y alrededor de los chistes, de repente uno se da cuenta del milagro que supuso. Hay
básicamente dos épocas en el cine cómico italiano de posguerra: la época I, los años inmediatos
a la posguerra, cuyos protagonistas son Totó, Macario, Eduardo y Peppino De Filippo, Renato
Rascel, Carlo Campanini; la época II es la invención de un nuevo género de comedia, la
Commedia all'italiana, que encuentra su primera expresión "completa" en 1958 con el clásico de
Monicelli I soliti ignoti (en el que Totó también tiene un papel secundario).
La Commedia all'italiana (1958-1978) fue tan exitosa que es comprensible la tentación de leer la
primera ola de comedias italianas (1945-196?) únicamente como un vasto preludio de la
segunda ola. Pero eso sería un error, porque en el ámbito de la comedia las cosas no suceden
de forma ordenada, con un plan preconcebido, como les gustaría a los intelectuales: al contrario,
cuando el director Monicelli, los guionistas Age-Scarpelli, los actores Gassman, Mastroianni y
Totò hicieron I soliti ignoti, nunca pensaron en inventar un nuevo género de comedia, aunque eso
es lo que estaban haciendo. Solo hacían lo que podían para entretener a su (inmenso) público, y
de repente se toparon con un tesoro. Estas cosas pasan por casualidad, por suerte, por azar, por
eso lo llamo milagro.
La banda degli onesti es una verdadera cumbre, un summum de la primera época de la comedia
italiana. Es una farsa desternillante, llena de detalles divertidos, situaciones disparatadas,
caracterizaciones de locos y chistes graciosos. Totó es el personaje central, pero sus cómplices
no se dejan robar la cámara: Peppino de Filippo, por ejemplo, otro titán de la comedia, es
irresistible; y, como es habitual, abundan los personajes secundarios suculentos. La comedia se
basa en el timing y aquí éste es impecable, gracias al perfecto guión de Age-Scarpelli. El
veterano director de comedia Camillo Mastrocinque sabía exactamente dónde poner la cámara
para conseguir el máximo efecto. Con directores así, es la cámara la que sigue al actor y no al
revés: aquí no se da ninguna lección de cine, ¡solo una lección de risas!
-- Arca1943 en IMDB