LE REFUGE / François Ozon - 2005
Cualquier escena de "LE REFUGE" podría usarse como ejemplo de la excelente actuación de Isabelle Carré, pero lo primero que se nota es la mirada en sus ojos. Ella interpreta a una adicta a la heroína en esta película, y sus ojos hablan de alguien que puede aceptar este yo adicto a las drogas como su identidad, casi como algo natural. Ella no nos da la vergüenza que esperamos ni la otra cosa que podríamos esperar, la autoafirmación y el desafío. Más bien, ella nos da la iluminación de la limitación.
Carré nos muestra lo suficiente como para que notemos lo que no está presente en esta persona, como un sano respeto por sí mismo, o una capacidad y voluntad de relacionarse con el mundo. Carré no se hace la pregunta sentimental que se haría otra actriz: "¿Cómo me comportaría si fuera adicta a la heroína?". - sino que, por alguna extraña intuición, nos da un personaje completo desde cero, alguien rudo, en parte incognoscible y no exactamente adorable.
Francois Ozon ("Piscina", "5 x 2", "8 mujeres") escribió y dirigió "LE REFUGE", que comienza con una escena de una pareja joven inyectándose. A los pocos minutos de tiempo de pantalla, comienza la trama: Mousse (Carré) se despierta en el hospital y descubre (1) que el novio está muerto; y (2) que está embarazada. Porque esa es una regla de la película: Cualquier joven que muere abruptamente o inesperadamente siempre, siempre tiene una novia embarazada.
Pero después de esa apertura slam-bang, "LE REFUGE" se ralentiza. Mousse, embarazada y con metadona, se va a vivir junto al mar, y el hermano gay de su novio muerto (Louis-Ronan Choisy) comienza a pasar tiempo con ella. Hablan mucho. De alguna manera, "LE REFUGE" puede verse como una casi parodia involuntaria de una película europea: obtenemos una excelente configuración y luego, en lugar de un seguimiento emocionante, tenemos una conversación interminable.
Sin embargo, Ozon siempre ha sido un showman, y en sus manos, "LE REFUGE" encuentra su camino hacia su peculiar integridad e interés. Lo que podría haber sido un truco, la elección de una mujer muy embarazada como una mujer muy embarazada, termina beneficiando a la película de una manera que es difícil de definir, aunque tiene algo que ver con la superposición entre la realidad y la ficción. Poco a poco, Ozon y los actores nos convencen de la realidad de este mundo y nos convencen de ver la película en sus propios términos, sin forzarlos. No sucede gran cosa, excepto la vida.