Jim Al-Khalili investiga la fascinante historia del robot, utilizando documentos originales, reconstrucciones y sofisticados gráficos por ordenador.Se necesitaría a la hija de Lord Byron, tres hermanos en la antigua Bagdad y una misión a Marte para darnos la tecnología que podría transformar el mundo.
En la antigua Grecia, Homero escribe sobre Hefesto, dios del fuego y la metalurgia, que usaba a dos criadas mecánicas para que lo ayuden. Nace la idea de las personas artificiales.
Luego, en Bagdad del siglo VIII, tres hermanos fabrican la primera máquina programable del mundo, una trompeta que se toca a sí misma. Pero, ¿cómo construir un robot adecuado? El inventor victoriano Charles Babbage revisa las tablas de navegación en busca de barcos para ganarse la vida.
Las mesas están plagadas de errores. Se pregunta si una máquina podría hacer el trabajo sin errores y diseña una computadora mecánica.
Entonces Ada Lovelace, hija de Lord Byron, se da cuenta de que la máquina podría resolver casi cualquier problema y escribe los primeros programas de computadora. En 1936, el posgrado Alan Turing se pregunta si, como sugirió Lovelace, una máquina podría calcular cualquier cálculo.
Describe una computadora de uso general. Después de la Segunda Guerra Mundial, llegaron las primeras computadoras electrónicas, pero están lejos de la visión de Turing. En una transmisión de radio perdida hace mucho tiempo, Turing imagina una máquina que imita perfectamente a un humano. ¿Quién puede decir que la computadora no tiene pensamientos?
Luego, el científico William Walter está convencido de que el secreto de un cerebro es cómo está conectado. Él crea un robot llamado tortuga. Vemos una réplica reaccionar a los obstáculos.
Es el comienzo de la autonomía de la máquina. Ahora tenemos robots en Marte, pero incorporarlos a nuestra vida diaria requiere una nueva revolución. Ingrese al increíble robot TORO, que puede caminar, manipular cosas e interactuar con las personas. Luego conocemos al notable iCub, que aprende como un niño y puede compartir su experiencia con otros.
Un día, los robots se incrustarán en nuestras vidas. Pero ¿alguna vez los consideraremos independientes o tienen derechos, y se apoderarán del mundo?