Para llegar al Faro del Caballo hace falta descender (y luego subir) casi 700 escalones. El faro está en el acantilado del monte Buciero, a la entrada de la ría de Santoña y se desactivó en 1993.
Hoy es un escenario bucólico de película: aguas turquesas en días claros donde darse un baño (la “Costa Esmeralda”), una larguísima y verde línea acantilada y una historia que atrapa.
El Faro del Caballo se construyó en 1863. El acceso, los escalones escarpados, los colocaron los presos del Cuartel del Presidio de Santoña, abierto entre 1824 y 1924.
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Fuente de las imágenes: Alberto Llorente
https://www.youtube.com/c/albertollorente