La maldición de Frankenstein (título original en inglés: The Curse of Frankenstein) es una película de terror británica de 1957, dirigida por Terence Fisher y producida por Hammer Productions. Fue la primera película en color del estudio, y la primera de las siete películas que hizo sobre Frankenstein. La cinta es protagonizada por Peter Cushing y Christopher Lee.
La historia comienza con un sacerdote que va a la cárcel para visitar a uno de los reclusos condenados a pena de muerte. El reo, que será decapitado en la guillotina tras ser encontrado culpable de varios asesinatos, es el Barón Víctor Frankenstein (Peter Cushing), quien sostiene que fue acusado injustamente. Frankenstein comienza a contarle su historia al sacerdote, narrando los hechos posteriores a la muerte de su madre. El Barón, quien entonces era un adolescente, quedó bajo la tutoría de Paul Krempe (Robert Urquhart), un eficiente científico. Los años pasan, y ambos comienzan a investigar la fórmula para crear vida, logrando en uno de sus experimentos revivir a un cachorro muerto, introduciéndolo en un recipiente con un líquido no definido y aplicándole descargas eléctricas.
Frankenstein planea crear un ser humano perfecto, juntando distintos pedazos de personas muertas, pero Krempe se niega, ya que lo considera inmoral. A pesar de esto, el científico decide continuar con su plan y roba diversos cadáveres para su experimento. Un día, Elizabeth (Hazel Court), prometida de Frankenstein, llega a la casa, y Krempe le advierte que debe marcharse por su propio bien, pero recibe una negativa. Cuando Frankenstein recibe la visita del profesor Bernstein, lo asesina, haciendo que su muerte parezca accidental. Durante la noche visita su tumba y es sorprendido por Krempe, mientras intenta sacar el cerebro del cadáver. Ambos comienzan a pelear y el frasco con el cerebro se estrella y quiebra. A pesar de esto, Frankenstein de todas maneras lleva el cerebro a su laboratorio.
Cuando Frankenstein termina de formar a su criatura (Christopher Lee), intenta reanimarlo, pero para esto se necesitan dos personas y pide ayuda a Krempe. Él acepta a cambio de la seguridad de Elizabeth. En el momento en que Frankenstein llega al laboratorio, ve que la criatura ha cobrado vida y el ser intenta estrangularlo, pero es noqueado por Krempe, quien salva la vida de Frankenstein. Más tarde, el monstruo se escapa al bosque, donde asesina a un anciano ciego y a su nieto. Frankenstein y Krempe, quienes habían salido en su búsqueda, encuentran a la criatura, y Krempe le dispara en el ojo, causándole la muerte y lo entierran. Sin embargo, más tarde ese mismo día, Frankenstein lo resucita a escondidas de su compañero, y hace que mate a su sirvienta Justine. La mujer, que mantenía una relación íntima con Frankenstein, lo había amenazado con delatarlo a Elizabeth si no se casaba con ella.